«Hace años, la señora Thatcher reconoció la verdad detrás del Proyecto Europeo. Ella vio que de lo que se trataba era de confiscarle la democracia a las naciones-estados y dar ese poder mayormente a gente en gran medida irresponsable.
Sabiendo —como lo sabía— que el euro no funcionaría, ella vio que este era un proyecto muy peligroso. Ahora, nosotros en el UKIP tomamos el mismo punto de vista, y yo he tratado en todos estos años en este parlamento de predecir cuáles serían las siguientes movidas mientras el desastre del euro se iba desarrollando.
Pero ni siquiera yo, en el más pesimista de mis discursos me habría imaginado, Sr. Rehn, que usted y otros en la Troika recurrirían a la condición de criminales comunes y le robarían el dinero a la gente de sus cuentas bancarias para así mantener con vida este desastre total que es el euro.
Ustedes incluso trataron de apoderarse del dinero de los pequeños inversionistas en quebrantamiento directo a la promesa que ustedes hicieron allá en el 2008.
Bien, se ha sentado el precedente, y si vemos a países como España donde las bancarrotas comerciales han subido a un 45 % interanual, ya podemos ver cuál es vuestro plan para tratar con los otros rescates cuando aparezcan.
Debo decir, que el mensaje que esto está enviando a los inversores es muy claro y a viva voz: “saquen su dinero de la Eurozona antes que vengan por ustedes”.
Lo que ustedes realmente han hecho en Chipre es doblar la campana de muerte del euro. Nadie en la comunidad internacional tendrá confianza en dejar su dinero allí.
Y que irónico que es ver al primer ministro ruso Dmitry Medvédev comparar vuestras acciones y decir: “sólo puedo compararlas a algunas de las decisiones tomadas [en el pasado] por las autoridades soviéticas”.
Y entonces tenemos una nueva propuesta alemana que dice que lo que realmente debemos hacer, es confiscar algo del valor de las propiedades de la gente en los estados mediterráneos meridionales de la Eurozona.
Esta Unión Europea es el nuevo comunismo: es poder sin límites. Está creando una marea de miseria humana y mientras más pronto sea barrida y arrojada lejos, mejor.
¿Pero qué de este lugar, qué del Parlamento? Este Parlamento tiene la capacidad de pedir rendición de cuentas a la Comisión. He escrito una moción de debate de censura y la he puesto sobre la mesa. Me pregunto si alguno de ustedes tiene el valor de reconocerla y de apoyarla. Dudo mucho de eso.
Y me inclino a pensar que hay una nueva señora Thatcher en Europa y se llama Frits Bolkenstein. Y él ha dicho de este parlamento —recuerden que en el pasado él fue un Comisionado—: “Ya no representa más al ciudadano holandés o al europeo. El Parlamento Europeo está viviendo lo que le queda de tiempo en una fantasía federal que no es sostenible más”.
Cuán en lo cierto está».
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